Producción

Documento N° 7: La propuesta ferroviaria «Circunvalar» (Año: 1998)

Criterios Generales

La interdependencia de las economías regionales, el desarrollo de megaproyectos que trascienden lo metropolitano y regional, las grandes obras de infraestructuras, el Mercosur como propuesta de integración, nos llevan a pensar que cada vez es menos viable concebir la planificación territorial con una visión relativamente acotada.

En el contexto de la "globalización de las economías" las metrópolis tienden a la concentración de actividades y a desarrollarse como verdaderos nudos de articulación de mercados que exceden lo nacional para ocupar una escala casi planetaria. Este nuevo escenario coloca, tanto al transporte (en todas sus modalidades) como a las telecomunicaciones (producto de la revolución tecnológica e informática que caracteriza a este fin de siglo), en una posición estratégicamente al iniciarse un proceso de nueva relaciones territoriales tendientes a la integración de espacios geográficos hasta ahora desconocidos.

Actualmente, no solamente la población es la que se traslada a los centros metropolitanos sino que las propias actividades económicas se reubican espacialmente en busca de nuevas oportunidades o de condiciones medioambientales más propicias. Sin duda, el aumento de la movilidad pone en crisis las vinculaciones tradicionales dentro del mismo espacio geográfico, agravada además, por el crecimiento de nuevas formas de servicios a las empresas y por la organización más flexible de los sistemas de producción.

Por otra parte, "la competencia entre las diversas regiones urbanas por recibir estos flujos de inversión ha generado el llamativo fenómeno del Marketing Urbano. Las ciudades operan como motores del crecimiento económico y, en consecuencia, se esfuerzan en corregir sus debilidades y proyectar una imagen favorable de sus potencialidades en los órdenes de la eficiencia, recursos humanos y calidad ambiental".

Estos modernos paradigmas económicos que obligan a pensar en un reordenamiento del territorio, tienden a producir un conjunto de efectos contradictorios a partir de generar nuevas debilidades y diferencias que profundizan las ya existentes fisuras sociales, económicas, urbanísticas y ambientales. El desarrollo de las infraestructuras económicas y el uso del suelo para diferentes actividades impactan de tal manera sobre el paisaje natural y los recursos ecológicos que puede llegar a presentar desventajas considerables al evaluar la competitividad de una región.

Como solución a estos conflictos comunes a casi todas las metrópolis (si bien ellos varían en cuanto a su magnitud e intensidad) surge en esta última década un nuevo enfoque para abordar los temas urbanísticos basados en un pensamiento estratégico de cómo planificar el territorio. Este pensamiento "no aspira ya a una ordenación exhaustiva de los procesos territoriales sino al diseño, a partir de una comprensión integral de dichos procesos, de una intervención selectiva sobre las piezas y sectores clave para una estrategia de transformación territorial, en función de las grandes metas seleccionadas. Se trata, en suma, de pensar globalmente para ser capaces de actuar localmente de manera eficiente. Desde este punto de vista, los grandes proyectos no debieran concebirse como oportunidades aisladas sino como las palancas sobre las que apoyar operativamente una estrategia de reorganización territorial más ambiciosa".

Criterios Generales

La interdependencia de las economías regionales, el desarrollo de megaproyectos que trascienden lo metropolitano y regional, las grandes obras de infraestructuras, el Mercosur como propuesta de integración, nos llevan a pensar que cada vez es menos viable concebir la planificación territorial con una visión relativamente acotada.

En el contexto de la "globalización de las economías" las metrópolis tienden a la concentración de actividades y a desarrollarse como verdaderos nudos de articulación de mercados que exceden lo nacional para ocupar una escala casi planetaria. Este nuevo escenario coloca, tanto al transporte (en todas sus modalidades) como a las telecomunicaciones (producto de la revolución tecnológica e informática que caracteriza a este fin de siglo), en una posición estratégicamente al iniciarse un proceso de nueva relaciones territoriales tendientes a la integración de espacios geográficos hasta ahora desconocidos.

Actualmente, no solamente la población es la que se traslada a los centros metropolitanos sino que las propias actividades económicas se reubican espacialmente en busca de nuevas oportunidades o de condiciones medioambientales más propicias. Sin duda, el aumento de la movilidad pone en crisis las vinculaciones tradicionales dentro del mismo espacio geográfico, agravada además, por el crecimiento de nuevas formas de servicios a las empresas y por la organización más flexible de los sistemas de producción.

Por otra parte, "la competencia entre las diversas regiones urbanas por recibir estos flujos de inversión ha generado el llamativo fenómeno del Marketing Urbano. Las ciudades operan como motores del crecimiento económico y, en consecuencia, se esfuerzan en corregir sus debilidades y proyectar una imagen favorable de sus potencialidades en los órdenes de la eficiencia, recursos humanos y calidad ambiental".

Estos modernos paradigmas económicos que obligan a pensar en un reordenamiento del territorio, tienden a producir un conjunto de efectos contradictorios a partir de generar nuevas debilidades y diferencias que profundizan las ya existentes fisuras sociales, económicas, urbanísticas y ambientales. El desarrollo de las infraestructuras económicas y el uso del suelo para diferentes actividades impactan de tal manera sobre el paisaje natural y los recursos ecológicos que puede llegar a presentar desventajas considerables al evaluar la competitividad de una región.

Como solución a estos conflictos comunes a casi todas las metrópolis (si bien ellos varían en cuanto a su magnitud e intensidad) surge en esta última década un nuevo enfoque para abordar los temas urbanísticos basados en un pensamiento estratégico de cómo planificar el territorio. Este pensamiento "no aspira ya a una ordenación exhaustiva de los procesos territoriales sino al diseño, a partir de una comprensión integral de dichos procesos, de una intervención selectiva sobre las piezas y sectores clave para una estrategia de transformación territorial, en función de las grandes metas seleccionadas. Se trata, en suma, de pensar globalmente para ser capaces de actuar localmente de manera eficiente. Desde este punto de vista, los grandes proyectos no debieran concebirse como oportunidades aisladas sino como las palancas sobre las que apoyar operativamente una estrategia de reorganización territorial más ambiciosa".

Info adicional

  • Año de publicación: Noviembre de 1998
  • Autor: Arq. Amanda Pennesi

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