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Documento N° 18: Limitaciones del régimen municipal vigente en Santa Fe (Año: 2001)

La emergencia de una nueva agenda local

Como contracara de la globalización, y en el marco del proceso de reforma del Estado llevado adelante en la Argentina, asistimos, en los últimos años, a una profunda redefinición del rol de los gobiernos locales. En la actualidad, los municipios ya no son sólo órganos administrativos sino de gobierno, en tanto deben superar el papel de simples administradores de servicios urbanos para pasar a asumir nuevos roles de gestión de políticas sociales, ambientales y de promoción económica y del empleo (Tecco, 1997).

En nuestro país, al igual que en la gran mayoría de los países de América Latina, para paliar la crisis del Estado, sobre todo en sus componentes financieros, desde los inicios de la década de 1990 comenzó a implementarse un conjunto de políticas de reforma que modificó sustancialmente la función directriz del Estado Nacional y su capacidad de orientación-regulación del conjunto social. Este proceso operó una transformación profunda en el rol del Estado argentino, produciendo una fuerte transferencia de funciones tanto hacia el mercado (privatizaciones y desregulación económica), hacia el nivel regional (con el impulso de espacios económicos ampliados como el Mercosur), como, especialmente, hacia los municipios, a través de la transferencia de competencias y funciones que anteriormente se gestionaban desde los niveles nacionales y provinciales (Arroyo, 1998).

Si bien durante la década de 1990 las transferencias fundamentales fueron hacia las provincias, un programa de reforma estatal caracterizado por el ajuste financiero, privatizaciones y desregulaciones, el achicamiento de la administración central y la descentralización administrativa, situó a los municipios en un nuevo escenario que los obligó a iniciar un proceso de redefinición de sus roles y estrategias de intervención.

Como corolario de este proceso, en el actual contexto el municipio emerge como la instancia de gobierno más cercana a los ciudadanos, debiendo realizar acciones cada vez más complejas y proporcionar nuevos servicios así como receptar un creciente número de demandas, sin contar, muchas veces, con las herramientas de gestión y las capacidades legales e institucionales necesarias.

Si bien en Argentina poco se ha avanzado hasta el momento en la redefinición de la instancia de gobierno municipal, hay que destacar que se ha dado un paso importante en esa dirección a partir de la incorporación de la figura de la autonomía municipal en la reforma constitucional de 1994. No obstante, hacer efectivas las normas establecidas en la Constitución Nacional constituye una tarea aún pendiente y prioritaria en el reordenamiento de las estructuras y funciones del Estado, sobre todo en aquellas provincias, como la de Santa Fe, que no han adecuado sus Constituciones a la normativa nacional.

La emergencia de una nueva agenda local

Como contracara de la globalización, y en el marco del proceso de reforma del Estado llevado adelante en la Argentina, asistimos, en los últimos años, a una profunda redefinición del rol de los gobiernos locales. En la actualidad, los municipios ya no son sólo órganos administrativos sino de gobierno, en tanto deben superar el papel de simples administradores de servicios urbanos para pasar a asumir nuevos roles de gestión de políticas sociales, ambientales y de promoción económica y del empleo (Tecco, 1997).

En nuestro país, al igual que en la gran mayoría de los países de América Latina, para paliar la crisis del Estado, sobre todo en sus componentes financieros, desde los inicios de la década de 1990 comenzó a implementarse un conjunto de políticas de reforma que modificó sustancialmente la función directriz del Estado Nacional y su capacidad de orientación-regulación del conjunto social. Este proceso operó una transformación profunda en el rol del Estado argentino, produciendo una fuerte transferencia de funciones tanto hacia el mercado (privatizaciones y desregulación económica), hacia el nivel regional (con el impulso de espacios económicos ampliados como el Mercosur), como, especialmente, hacia los municipios, a través de la transferencia de competencias y funciones que anteriormente se gestionaban desde los niveles nacionales y provinciales (Arroyo, 1998).

Si bien durante la década de 1990 las transferencias fundamentales fueron hacia las provincias, un programa de reforma estatal caracterizado por el ajuste financiero, privatizaciones y desregulaciones, el achicamiento de la administración central y la descentralización administrativa, situó a los municipios en un nuevo escenario que los obligó a iniciar un proceso de redefinición de sus roles y estrategias de intervención.

Como corolario de este proceso, en el actual contexto el municipio emerge como la instancia de gobierno más cercana a los ciudadanos, debiendo realizar acciones cada vez más complejas y proporcionar nuevos servicios así como receptar un creciente número de demandas, sin contar, muchas veces, con las herramientas de gestión y las capacidades legales e institucionales necesarias.

Si bien en Argentina poco se ha avanzado hasta el momento en la redefinición de la instancia de gobierno municipal, hay que destacar que se ha dado un paso importante en esa dirección a partir de la incorporación de la figura de la autonomía municipal en la reforma constitucional de 1994. No obstante, hacer efectivas las normas establecidas en la Constitución Nacional constituye una tarea aún pendiente y prioritaria en el reordenamiento de las estructuras y funciones del Estado, sobre todo en aquellas provincias, como la de Santa Fe, que no han adecuado sus Constituciones a la normativa nacional.

Info adicional

  • Año de publicación: Julio 2001
  • Autor: Lic. Mariana Caminotti - Lic. Luciano Durand

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