El pasado miércoles 20 de agosto, el Foro Regional de Parques Productivos desarrolló un nuevo capítulo de su ciclo de presentaciones online. Bajo el título “Innovación, sustentabilidad y digitalización en los parques productivos de la región”, el encuentro puso en primer plano los desafíos estratégicos y las oportunidades que hoy atraviesan las empresas industriales y los enclaves productivos del centro del país.
La actividad, moderada por Fernanda Mutio (Directora Ejecutiva de la Unión Industrial Región Rosario - UNIRR), contó con la participación de referentes de la Unión Industrial Argentina (UIA) y del ecosistema Ruta X, un dispositivo integral de acompañamiento a pymes en su tránsito hacia la industria 4.0 y la gestión sustentable. Los expositores fueron Nadia Colo Martínez (Coordinadora de Proyectos y Asistencias Técnicas de la UIA), Franco Cernotto (Coordinador de Vinculación y Transferencia Tecnológica de la UIA) y Silvina Médica (experta en Transformación Digital y Sustentabilidad, Ruta X).
Un marco institucional para la innovación
En la apertura, Mutio destacó la relevancia de acercar herramientas concretas a los parques productivos, afirmando que “la innovación, la sustentabilidad y la digitalización, cuando se integran, transforman los procesos productivos y fortalecen la competitividad del entramado industrial”.
El Foro, impulsado por el Instituto de Desarrollo Regional (IDR) y articulado con entidades como la Unión Industrial de Santa Fe, la UNIRR, el Parque Metropolitano de Pérez y la UTN, viene consolidándose como un espacio de referencia para la transferencia de conocimiento y la generación de políticas de apoyo a los parques industriales, logísticos y tecnológicos.
Ruta X: un ecosistema para la transformación digital y sustentable
El programa Ruta X, impulsado por la Unión Industrial Argentina (UIA) en alianza con la empresa tecnológica Centur, se ha convertido en un ecosistema de innovación aplicado al entramado pyme que articula formación, asistencia técnica y acompañamiento estratégico. Su objetivo es claro: facilitar la transición de las pequeñas y medianas industrias hacia la lógica de la industria 4.0, reduciendo la brecha tecnológica que tradicionalmente las separa de las grandes corporaciones.
De un espacio demostrativo a un modelo integral
El punto de partida fue el Centro de Industria X, inaugurado en 2019 en Buenos Aires. Concebido inicialmente como un espacio de exhibición de tecnologías de avanzada, rápidamente se transformó en un laboratorio de transferencia tecnológica en tiempo real. Allí, empresarios, cámaras sectoriales, funcionarios y estudiantes pueden experimentar de primera mano soluciones vinculadas a internet de las cosas (IoT), inteligencia artificial, ciberseguridad, realidad aumentada, big data y automatización industrial.
Lejos de ser un “museo tecnológico”, Ruta X se propuso bajar la innovación al terreno de las pymes, adaptando las soluciones a las necesidades y posibilidades concretas de cada empresa. Como explicó Nadia Colo Martínez, “no queríamos un concesionario de Ferrari inalcanzable, sino un lugar donde las pymes descubran tecnologías desarrolladas en Argentina y aplicables de inmediato en sus plantas”.
Cinco pasos para la transformación
El modelo evolucionó hacia una metodología de cinco etapas que configuran una “escalera de maduración digital”:
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Sensibilización: visitas al Centro X y charlas introductorias para despertar conciencia sobre la industria 4.0.
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Capacitación: programas formativos sobre nuevas tecnologías, modelos de gestión y habilidades digitales.
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Autodiagnóstico: una herramienta gratuita que mide la madurez digital de la empresa en áreas clave como logística, producción y administración.
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Asistencia técnica: visitas de expertos a las plantas para analizar procesos, detectar ineficiencias y proponer planes de acción.
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Implementación gradual: acompañamiento en la adopción de soluciones adaptadas a la realidad de cada pyme.
Este esquema ha permitido que más de 4.500 actores del sector productivo —de los cuales el 80% son pymes— accedan a diagnósticos y experiencias prácticas, con resultados palpables en competitividad, eficiencia energética y reducción de costos.
Un alcance federal y multisectorial
Uno de los mayores méritos del programa es su capilaridad territorial. Entre 2019 y 2025, los expertos de Ruta X recorrieron provincias como Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, Buenos Aires y Neuquén, trabajando con cadenas de valor tan diversas como la textil, automotriz, alimenticia y metalmecánica.
El enfoque es siempre sectorialmente inclusivo: no se trata de aplicar recetas únicas, sino de diseñar “trajes a medida” para cada organización. Tal como señalaron los expositores, el desafío no es imponer una tecnología costosa, sino demostrar que incluso con ajustes en procesos internos, gestión de datos y reorganización de recursos se pueden obtener mejoras significativas.
Ruta X Verde: la sustentabilidad como competitividad
La consolidación del ecosistema derivó en el lanzamiento de Ruta X Verde, un programa que incorpora la sustentabilidad como eje inseparable de la competitividad empresarial. Financiado en parte por la Unión Europea, el proyecto ofrece a las pymes la posibilidad de evaluar su huella de carbono, identificar focos de mejora energética y diseñar planes de transición hacia modelos productivos más responsables.
En este punto, Franco Cernotto remarcó que “la clave es entender la sustentabilidad no como un costo adicional, sino como un factor de posicionamiento competitivo en mercados nacionales e internacionales, donde la demanda de bienes y servicios verdes crece exponencialmente”.
Universidades, cooperación internacional y Ruta X Verde
Uno de los aspectos más relevantes que consolidan la potencia de Ruta X es su capacidad de articular actores diversos: desde organismos internacionales hasta universidades nacionales y privadas, todos convergen en un mismo objetivo: fortalecer la competitividad de las pymes y facilitar su transición hacia un modelo productivo innovador y sustentable.
El rol de las universidades: formación y co-creación de programas
Según explicó Franco Cernotto, la alianza con universidades ha sido estratégica para escalar el impacto del programa. Instituciones como la Universidad Torcuato Di Tella, la Universidad Austral, la Universidad del Salvador, el IAE y la UTN han desarrollado programas académicos cocreados a partir de las necesidades detectadas en el terreno.
Estos programas no surgen como ofertas estandarizadas, sino como respuestas diseñadas a medida del entramado productivo. Ejemplos concretos incluyen el Programa de Pymes Sostenibles, enfocado en la adopción de prácticas de economía circular, y el Programa de Management 4.0, destinado a directivos y mandos medios para dotarlos de herramientas de gestión adaptadas a la era digital.
Como subrayó Cernotto, “la idea es que los gerentes y líderes empresariales no solo conozcan tecnologías, sino que también transformen sus modelos de gestión para liderar equipos en un entorno de cambios constantes”.
Cooperación internacional: el respaldo de la Unión Europea
El proceso de internacionalización de Ruta X se consolidó con la convocatoria AL-INVEST Verde, financiada por la Unión Europea, que permitió desarrollar Ruta X Verde, una línea específica orientada a la sustentabilidad.
Este programa tiene como objetivo incorporar la dimensión ambiental como factor de competitividad empresarial, entendiendo que las cadenas de valor globales ya exigen estándares verdes para acceder a mercados. La lógica de implementación replica la metodología de Ruta X: autodiagnóstico inicial, asistencia técnica por expertos, cálculo del ciclo de vida de los productos y elaboración de planes de acción concretos.
En la primera fase se realizaron 15 asistencias técnicas piloto, con un equipo de 12 expertos especializados que acompañaron a empresas de diferentes rubros. Los resultados demostraron que la sustentabilidad no es un costo, sino una inversión estratégica: las pymes que participaron lograron reducir consumos energéticos, optimizar procesos internos, minimizar residuos y mejorar su posicionamiento comercial.
Ruta X Verde: de la sensibilización a la acción
El programa incluye herramientas digitales abiertas y gratuitas, entre ellas una plataforma de autoevaluación que permite a cualquier empresa medir su punto de partida en términos de sustentabilidad. Este insumo se convierte en la base para diseñar planes de transición hacia procesos más eficientes, tanto desde el punto de vista ambiental como económico.
Como destacó Silvina Médica, “la sustentabilidad es igual a competitividad. No se trata de reciclar por moda, sino de encontrar mejoras que reduzcan costos, aumenten la eficiencia y garanticen la permanencia en los mercados”.
Un puente hacia la nueva economía
La conjunción entre universidades, cooperación internacional y programas de asistencia práctica convierte a Ruta X Verde en un puente entre la pyme tradicional y la nueva economía verde-digital. Al combinar formación académica, estándares internacionales y acompañamiento personalizado, el programa no solo transforma empresas individuales, sino que contribuye a reposicionar a los parques productivos como nodos de innovación y sustentabilidad regional.
La visión experta: sustentabilidad = competitividad
La intervención de Silvina Médica, integrante del equipo de expertos de Ruta X y Ruta X Verde, aportó una mirada fundamental para comprender cómo los conceptos de innovación y sustentabilidad se traducen en transformaciones concretas en las empresas. Con amplia trayectoria en el sector industrial y una experiencia directa en más de cincuenta diagnósticos de pymes, Médica ofreció un análisis realista: “ser sustentable no significa únicamente reciclar ni realizar grandes inversiones en tecnología de punta; la sustentabilidad empieza por identificar y corregir ineficiencias que muchas veces están naturalizadas en la cotidianeidad de la planta”.
Diagnóstico y cambio cultural
El proceso de trabajo comienza con la visita a la empresa y el diálogo con los equipos internos. A través de metodologías como el análisis de Pareto, los expertos seleccionan el producto más representativo de la firma —aquél que concentra mayor volumen de producción— para evaluarlo en detalle. Este enfoque permite que cada mejora tenga un impacto multiplicador en la eficiencia general.
La clave, según Médica, está en el cambio de mirada: “las empresas suelen querer analizar el producto más nuevo o más complejo, pero nuestro objetivo es enfocarnos en la ‘vaca lechera’, es decir, en aquello que se repite constantemente. Ahí es donde los ajustes generan beneficios inmediatos y duraderos”.
Ejemplos de mejoras de alto impacto y bajo costo
Durante el webinar se compartieron casos que ilustran cómo la sustentabilidad puede traducirse en competitividad tangible:
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Optimización de tiempos muertos: en una pyme metalúrgica, la instalación de un simple timer en el sistema de enfriamiento de un láser evitó 40 minutos diarios de espera antes de iniciar la producción, aumentando significativamente las horas efectivas de corte sin necesidad de nueva maquinaria.
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Eficiencia energética en hornos industriales: una panificadora logró reducir un 33% su consumo de gas reorganizando las bandejas de cocción, evitando una horneada extra por cada ciclo productivo.
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Mantenimiento preventivo y predictivo: al identificar pérdidas de aire comprimido o goteos de aceite, las empresas disminuyeron el consumo energético y redujeron costos asociados a fallas. Estas medidas, sumadas a prácticas de mantenimiento predictivo, extendieron la vida útil de los equipos.
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Digitalización administrativa: la eliminación total del uso de papel en procesos de facturación y logística permitió agilizar tiempos de respuesta a clientes y mejorar la trazabilidad, al tiempo que se redujo la huella ambiental de la empresa.
Estos ejemplos, en apariencia simples, revelan una verdad profunda: la sustentabilidad no se opone a la rentabilidad, sino que la potencia.
De la teoría a la práctica: ingeniería del detalle
El trabajo de los expertos implica identificar “pérdidas invisibles”, es decir, aquellas tareas que no agregan valor pero que encarecen el producto final. Desde traslados innecesarios de operarios hasta inventarios sobredimensionados que terminan en desperdicio, cada ajuste contribuye a acortar plazos de entrega, reducir costos y elevar la satisfacción del cliente.
Médica lo sintetizó en una fórmula clara: “cuando eliminamos pérdidas, no solo somos más sustentables, sino que logramos entregar antes, cobrar antes y producir con mayor eficiencia. La sustentabilidad es, en definitiva, un camino hacia la competitividad”.
La competitividad como resiliencia
El concepto adquiere especial relevancia en un país como Argentina, donde los contextos económicos son volátiles y los ciclos de crisis recurrentes. En este marco, la competitividad deja de ser un objetivo abstracto para convertirse en un mecanismo de resiliencia empresarial.
“Una empresa más competitiva puede atravesar con mayor fortaleza los vaivenes económicos. Invertir en eficiencia, calidad y sustentabilidad no depende de la coyuntura: es la única forma de garantizar la supervivencia y el crecimiento en el largo plazo”, afirmó la especialista.
La experiencia pyme y la lógica de red
Uno de los momentos más significativos del webinar fue la presentación de un caso pyme —una autopartista con más de 80 años de trayectoria— que, gracias a Ruta X Verde, implementó paneles solares, digitalización integral de procesos e inventarios inteligentes. El testimonio empresarial reforzó la idea de que la transformación es posible y que la clave está en la articulación público-privada y el acompañamiento técnico especializado.
En ese sentido, tanto Colo Martínez como Cernotto remarcaron que la selección de empresas no responde a criterios excluyentes: “es un proceso abierto, donde las cámaras sectoriales y regionales funcionan como motor de convocatoria y las recomendaciones de las propias pymes multiplican el alcance”.
Innovación en clave territorial
El cierre, a cargo de Juan Marcos Aviano en representación del Foro, retomó el sentido estratégico del ciclo: “los parques productivos son enclaves de desarrollo industrial, científico y logístico. Acercar herramientas como Ruta X a estos espacios es garantizar que las empresas que allí se radican aumenten su competitividad y fortalezcan el desarrollo regional”.
La moderadora Mutio sintetizó el espíritu del encuentro: “incluso en un contexto económico complejo, los industriales argentinos demuestran su vocación de apostar al futuro. Incorporar sustentabilidad y digitalización no es un lujo: es condición para trascender”.
Reflexión final
El webinar dejó en claro que la innovación tecnológica y la sostenibilidad ambiental ya no son dimensiones separadas, sino vectores convergentes de un mismo paradigma productivo. Programas como Ruta X y Ruta X Verde muestran que, con acompañamiento técnico y voluntad empresarial, la industria 4.0 puede ser apropiada por las pymes y convertirse en palanca de competitividad regional.
En tiempos donde la globalización del comercio impone barreras verdes y demandas de eficiencia, la agenda de los parques productivos debe incluir estas herramientas como condición de viabilidad y estrategia de integración internacional.