El jueves 31 de julio, autoridades locales, expertos, técnicos y referentes institucionales se dieron cita en el Summit “Gobiernos Locales y Desarrollo Portuario. Claves para la Gobernanza y la Producción”, organizado por el Instituto de Desarrollo Regional (IDR) y la Comuna de Timbúes. Con una intensa agenda de paneles, diálogos y presentaciones, la jornada propuso una mirada crítica y propositiva sobre la relación entre infraestructura logística y organización territorial, dejando en claro que el futuro del desarrollo portuario ya no puede pensarse sin una gobernanza con anclaje local y enfoque sostenible.
Apertura: el territorio habla, los gobiernos locales toman la palabra (CLICK PARA VISUALIZAR)
La apertura del Summit “Gobiernos Locales y Desarrollo Portuario. Claves para la Gobernanza y la Producción” fue mucho más que un protocolo de bienvenida: constituyó una afirmación política y conceptual sobre la necesidad de redefinir el modelo de desarrollo portuario en Argentina desde una perspectiva territorial, inclusiva y con fuerte protagonismo de los gobiernos locales.
El evento fue iniciado con palabras de agradecimiento y reconocimiento institucional por parte de Adrián Caramuto, presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de San Lorenzo y su Zona, quien destacó el valor de haber sido elegidos como sede del encuentro, y subrayó la centralidad estratégica del complejo portuario San Lorenzo–Puerto General San Martín–Timbúes como nodo logístico clave para el comercio exterior argentino. “La Hidrovía Paraguay-Paraná no es sólo una vía navegable; es la columna vertebral de nuestras exportaciones, del abastecimiento regional y de la competitividad nacional”, afirmó Caramuto, al tiempo que remarcó el valor de construir consensos entre el sector privado, el Estado y la comunidad.
A continuación, Juan Marcos Aviano, director del Área de Desarrollo Regional del Instituto de Desarrollo Regional (IDR), planteó un mensaje estructural: “Los gobiernos locales no pueden quedar excluidos de las decisiones estratégicas sobre logística y puertos. Es desde el territorio donde se sienten los impactos, y es desde allí donde deben definirse las respuestas”. En su discurso, Aviano explicó que este Summit es continuidad del trabajo que el IDR viene desarrollando hace más de dos décadas a través del Encuentro Argentino de Transporte Fluvial, y que ahora se abre un nuevo capítulo: el de articular una gobernanza con anclaje local, capaz de dialogar con los actores nacionales y regionales, pero con la legitimidad de representar a las comunidades que conviven con la infraestructura logística.
Uno de los momentos de mayor densidad política fue la intervención del intendente de San Lorenzo, Leonardo Raimundo, quien desplegó un diagnóstico profundo y sin eufemismos sobre los desafíos de gobernar una ciudad portuaria sin planificación heredada. “San Lorenzo pasó de ser una ciudad con puertos a intentar ser una ciudad-puerto. Pero ese tránsito no fue fácil: no hubo previsión urbana, ni ambiental, ni de seguridad. El Estado nacional construyó un sistema logístico sin preguntarle nada a quienes habitamos este territorio”, denunció. Además, remarcó la importancia de institucionalizar la coordinación regional, y puso como ejemplo al Ente de Coordinación Metropolitana del Gran Rosario (ECOM), “único en el país con personería jurídica, patrimonio propio y un directorio en el que participan todos los municipios y comunas del área”. La planificación metropolitana, señaló, debe ser la base para pensar las políticas de conectividad, seguridad y urbanización asociadas al sistema portuario.
La voz del territorio más impactado por la expansión portuaria fue la del presidente comunal de Timbúes, Antonio Fiorenza. En un discurso firme, remarcó cómo su pueblo rural de apenas 6.000 habitantes se transformó, en apenas dos décadas, en uno de los principales nodos exportadores de la Argentina. “Pero ese crecimiento –advirtió– no fue planificado, no fue dialogado. Hoy tenemos 11.000 camiones diarios en temporada alta, trenes que cortan el pueblo en dos, y vecinos que no pueden llevar a sus hijos a la escuela o ser atendidos por una ambulancia”. Fiorenza denunció la asimetría entre los recursos que se recaudan y la capacidad real de intervención de los gobiernos locales. “Se nos exige garantizar seguridad, tránsito, salud y servicios básicos para sostener el funcionamiento de los puertos, pero no tenemos ni competencias plenas ni seguridad jurídica para actuar sobre rutas nacionales o ferroviarias. Lo hacemos igual, pero con nuestros recursos y sin respaldo”, afirmó. Y concluyó con una definición política: “Queremos crecer, sí. Pero no a costa de nuestra gente. No puede haber más desarrollo sin planificación, ni puertos que prosperen mientras nuestras localidades colapsan”.
Finalmente, la secretaria de Transporte y Logística de la Provincia de Santa Fe, Ing. Mónica Alvarado, ofreció una perspectiva integradora. “No se trata sólo de infraestructura. La logística es normativa, es gestión, es tecnología, es articulación interjurisdiccional. Y para eso, necesitamos un diálogo maduro y sostenido entre Nación, Provincia y municipios”. Alvarado puso en cifras la importancia de Santa Fe en el comercio exterior: el 72% de sus exportaciones se canalizan por puertos propios y la provincia representa cerca del 20% del PBI nacional. “Tenemos 849 km de costa fluvial sobre el Paraná. Pero no podemos hablar de futuro si no ordenamos el presente. Las cargas no entienden de límites jurisdiccionales, pero los conflictos sí. Por eso, esta jornada no es solo una invitación al debate: es una convocatoria a la acción coordinada y sostenida”.
El cierre de la apertura dejó un mensaje unívoco: los gobiernos locales reclaman ser actores estratégicos del modelo portuario argentino, no simples administradores de sus impactos. La jornada había comenzado con un diagnóstico contundente y una propuesta clara: sin planificación territorial, sin normativa específica y sin gobernanza participativa, no hay sostenibilidad posible en el desarrollo portuario.
COLOQUIO | Gobernanza, logística y planificación territorial: los desafíos de una nueva institucionalidad (CLICK PARA VISUALIZAR)
El coloquio técnico, titulado “Desafíos logísticos para el desarrollo portuario de las regiones metropolitanas”, permitió un diálogo de alto nivel sobre la relación entre logística portuaria y ordenamiento territorial. Moderado por el Lic. Alfredo Sesé (Bolsa de Comercio de Rosario), el espacio reunió a referentes con experiencia en planificación estratégica, gestión pública y análisis territorial.
Juan Carlos Venesia, director del Programa de Infraestructura Regional para la Integración UNR, abrió el panel con un planteo estructural: “Debemos asumir que los territorios no son simples plataformas pasivas sobre las que se instala la infraestructura. Son sistemas vivos, complejos, con identidades, necesidades y límites físicos. Y sin planificación, la expansión logística reproduce fragmentación e inequidad”. Para Venesia, el desafío está en construir una metrópolis portuaria que combine competitividad y equidad, articulando infraestructura, ambiente, movilidad y cohesión urbana. “No podemos seguir pensando la Hidrovía solo desde los barcos. Hay que mirarla desde las costas, desde los pueblos y ciudades que la sostienen”, remarcó.
El arquitecto Héctor Floriani, presidente del Ente de Coordinación Metropolitana de Rosario (ECOM), hizo foco en la gobernanza: “Tenemos un déficit institucional que se expresa en la dificultad para generar acuerdos perdurables entre niveles del Estado y sectores. Y eso no es un problema técnico, sino político. La gobernanza territorial implica crear consensos, marcos normativos compartidos y una agenda sostenida”. Propuso avanzar en la consolidación de esquemas metropolitanos con capacidad real de planificación e intervención, y destacó el rol clave del ECOM como modelo replicable en otros nodos urbanos del país.
Por su parte, la secretaria provincial Mónica Alvarado puso sobre la mesa un dato clave: “La infraestructura logística existente en nuestra región fue pensada para una lógica de centralización portuaria que hoy ya no existe. La carga se ha desplazado, pero las vías, los accesos y las normas siguen siendo las mismas”. Abogó por una “reconfiguración multimodal integrada” que contemple el territorio como variable estructural, e instó a construir una mirada compartida entre Nación, Provincia y Municipios. “Si no articulamos con los gobiernos locales, seguiremos generando cuellos de botella en zonas urbanas, saturación vial y conflictos con la ciudadanía”, advirtió.
Finalmente, el arquitecto Roberto Converti, de RETE, aportó experiencias internacionales sobre modelos de integración ciudad-puerto, donde “la anticipación urbana al desarrollo logístico evitó conflictos y multiplicó beneficios”. Converti propuso pensar la relación puerto-ciudad como una interfaz activa y permeable, no como una frontera cerrada. “Donde hay coordinación temprana, se producen entornos urbanos de calidad, empleos dignos y cadenas de valor local. Donde no la hay, se produce segregación, contaminación y pérdida de cohesión social”.
CONVERSATORIO I | Localidades con logística portuaria: tensiones, oportunidades y aprendizajes (CLICK PARA VISUALIZAR)
El primer conversatorio reunió a técnicos, autoridades y referentes académicos que analizaron el impacto de la infraestructura portuaria en ciudades y pueblos que se han visto transformados por la logística a gran escala.
José María Lojo (Consejo Portuario Argentino) fue enfático: “No hay eficiencia portuaria si la ciudad está colapsada. La competitividad no puede ser a costa del entorno urbano. Necesitamos un modelo de desarrollo portuario con equilibrio territorial”. Lojo hizo énfasis en la necesidad de una coordinación normativa, especialmente en temas como accesos, uso del suelo y control ambiental, para evitar la dispersión y superposición de competencias que hoy afecta a numerosos enclaves productivos.
Daniel Álvarez (UNSAM) advirtió sobre los efectos no anticipados del desarrollo portuario no planificado: “La instalación de terminales sin planificación acumulativa genera efectos dominó: crecen los asentamientos irregulares, se saturan los servicios públicos, y se tensionan las estructuras municipales”. Propuso herramientas como los estudios de capacidad de carga, la planificación participativa y los convenios de articulación Nación–Provincia–Municipios.
Alicia Picco (PIR-UNR) abordó el problema desde una mirada socio-territorial: “Debemos dejar de pensar los puertos como enclaves técnicos aislados. Son parte del metabolismo urbano. Por eso, necesitamos que la planificación urbana, el transporte, la vivienda y el ambiente dialoguen con la logística”. Propuso la creación de una figura institucional interjurisdiccional que regule y articule la relación entre terminales, corredores logísticos y áreas residenciales.
Dardo Rodríguez (Puerto La Plata) compartió la experiencia del litoral bonaerense, donde la articulación con el municipio permitió definir zonas logísticas, amortiguadores urbanos y mecanismos de reinversión territorial. “Los puertos deben dejar algo en el territorio. No puede ser que exportemos millones de toneladas y tengamos vecinos sin agua corriente o calles de tierra”, afirmó.
CONVERSATORIO II | Conectividad y desarrollo en el Cordón Sur del Gran Rosario (CLICK PARA VISUALIZAR)
El segundo conversatorio se centró en los desafíos de conectividad, planificación vial y articulación logística en el sector sur del Gran Rosario, una región clave por su densidad urbana y su cercanía con el nodo portuario.
Alberto Ricci, intendente de Villa Gobernador Gálvez, describió el contexto con crudeza: “Los trenes pasan por el centro de la ciudad. Las vías dividen barrios. La logística está entrelazada con la vida cotidiana, pero no hay diálogo real entre quienes diseñan la infraestructura y quienes gestionamos el territorio”. Ricci remarcó la necesidad de contar con financiamiento nacional específico para obras de integración urbana (pasos a nivel, circunvalaciones, readecuación de trazas), y planteó que “la gente no distingue entre jurisdicciones; para el vecino, todo es responsabilidad del Estado”.
Daniel Tonelli (intendente de Arroyo Seco) sumó una mirada crítica sobre la fragmentación institucional: “Hay decisiones que se toman a 300 kilómetros, sin comprender cómo afectan a nuestras ciudades. Necesitamos que los municipios tengamos voz en las mesas donde se discuten las inversiones logísticas”. Y propuso avanzar en consorcios regionales que permitan una planificación conjunta de corredores productivos.
Verónica Martinengo (Comuna de Alvear) enfatizó la urgencia de equilibrar la carga logística con desarrollo local: “Tenemos actividad portuaria, pero no tenemos acceso pavimentado para los vecinos. No puede ser que la infraestructura esté pensada solo para las cargas y no para las personas”. Apuntó a la necesidad de generar fondos compensatorios territoriales para que las externalidades del sistema portuario sean revertidas en inversión social, educativa y sanitaria.
CONVERSATORIO III | El Cordón Norte: impacto portuario y reclamos de autonomía (CLICK PARA VISUALIZAR)
El último conversatorio del Summit puso el foco en el norte metropolitano, particularmente en el área de San Lorenzo, Timbúes y Puerto General San Martín. Fue un espacio donde las autoridades locales plantearon con claridad su demanda de herramientas jurídicas y financieras para afrontar los impactos crecientes del sistema logístico-portuario.
Leonardo Raimundo (San Lorenzo) fue terminante: “Somos una ciudad con infraestructura nacional e intereses internacionales, pero con recursos municipales. La ecuación no cierra. El puerto es estratégico, pero la municipalidad no puede seguir subsidiando su funcionamiento con tasas propias”. Propuso avanzar en modificaciones normativas que permitan captar parte del valor generado por la actividad portuaria en beneficio del desarrollo urbano.
Daniel Tonelli (Arroyo Seco) también se sumó al intercambio desde su experiencia en el límite sur de la región: “Lo que sucede en Timbúes o San Lorenzo también repercute en nuestras ciudades. La saturación vial, los cuellos de botella en los accesos y la falta de obras estructurales son problemas comunes. Y lo más grave es que cada intendente los enfrenta solo, con las herramientas que tiene, muchas veces insuficientes”. Tonelli subrayó que la falta de planificación integrada entre los municipios portuarios termina generando soluciones aisladas y muchas veces contradictorias entre sí, y convocó a avanzar hacia una “mesa regional de planificación del corredor costero del Gran Rosario, donde todos los intendentes y presidentes comunales tengamos voz y voto, no sólo responsabilidades”.
Antonio Fiorenza (Timbúes) denunció las asimetrías presupuestarias: “Tenemos la infraestructura de Singapur, pero el presupuesto de un pueblo. No podemos gestionar 15.000 camiones diarios, accidentes, contaminación, crecimiento urbano desordenado, sin acompañamiento”. Fiorenza pidió la creación de un fondo específico para localidades portuarias, y solicitó formalmente que los gobiernos locales participen en los procesos de licitación y evaluación de nuevas obras.
Finalmente, se destacó la importancia de constituir una institucionalidad metropolitana fluvial, que articule las prioridades de cada jurisdicción en un esquema común de planificación del borde costero, movilidad, urbanización y servicios públicos.
Conclusiones del Summit: hacia una gobernanza portuaria con anclaje territorial
La jornada concluyó con una convicción compartida: el desarrollo portuario no puede ser pensado al margen del territorio, ni desligado de las comunidades que lo sostienen día a día. Lo expresado a lo largo de las exposiciones, intercambios y debates dejó en evidencia que los gobiernos locales no sólo demandan mayor protagonismo en la gestión logística, sino que han demostrado capacidad de diagnóstico, planificación y ejecución, incluso en contextos de asimetría normativa, financiera y política.
Los múltiples aportes coincidieron en una necesidad urgente: construir una nueva institucionalidad portuaria, de base federal, con fuerte participación de los municipios y comunas, que permita diseñar políticas integradas para el ordenamiento territorial, la planificación de accesos, la mitigación de impactos ambientales, la distribución de cargas urbanas y el fortalecimiento del rol público en las decisiones estratégicas.
Se identificaron con claridad las deudas del modelo actual:
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Falta de previsión en la expansión de terminales y accesos;
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Escasa coordinación interjurisdiccional;
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Déficit de planificación urbana compatible con el crecimiento logístico;
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Y ausencia de mecanismos que garanticen que las externalidades del sistema portuario se traduzcan en beneficios tangibles para las poblaciones locales.
A su vez, se destacó que la competitividad logística no debe medirse sólo en función de toneladas exportadas o costos operativos, sino también en relación a su sustentabilidad, su equidad territorial y su capacidad de generar valor público. La logística del futuro —tal como quedó plasmado en el debate— no será solo infraestructura: será también planificación, articulación multinivel, sostenibilidad ambiental y justicia territorial.
En ese sentido, el Summit dejó instalados los siguientes compromisos compartidos:
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Promover una agenda común de gobernanza portuaria con enfoque territorial y metropolitano.
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Consolidar instrumentos de planificación urbana y de ordenamiento territorial aplicables a ciudades con infraestructura logística intensiva.
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Impulsar mecanismos de articulación entre Nación, provincias y municipios, que garanticen la participación efectiva de los gobiernos locales en los procesos decisionales.
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Diseñar políticas compensatorias y fondos específicos para localidades portuarias, que permitan reinvertir parte del valor generado en obras de infraestructura urbana, servicios públicos y calidad de vida.
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Avanzar en la formalización de espacios permanentes de diálogo entre actores públicos y privados, con participación académica y técnica, para definir estrategias regionales con visión de largo plazo.
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Reforzar el concepto de “ciudad-puerto” como categoría política y de planificación, donde las funciones portuarias sean plenamente integradas al entramado urbano, y no impuestas desde afuera.
Como expresó en el cierre Juan Marcos Aviano (IDR):
“Este Summit fue más que una jornada de reflexión: fue un acto político en defensa del territorio. Y fue también el primer paso de una agenda que nos desafía a transformar un modelo de crecimiento fragmentado en un proyecto de desarrollo regional justo, sostenible y democrático”.
El desafío que se abre a partir de aquí es claro: convertir las demandas en propuestas, y las propuestas en políticas públicas concretas, con la convicción de que la logística debe estar al servicio del desarrollo, y no al revés.